Las enfermedades respiratorias a causa de los cambios climáticos son bastante comunes, pues son una de las principales razones por las que muchas personas acuden al médico. La Organización Mundial de la Salud (OMS), define este tipo de padecimientos como aquellos que «afectan las vías respiratorias, incluyendo las fosas nasales, los bronquios y los pulmones».
Estas enfermedades las podemos contraer muy fácilmente con tan solo un pequeño descuido, ya que en la actualidad es habitual sentir un día frío y al otro calor o incluso sentir soleada la mañana pero helada la noche. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la causa número uno de muertes en niños de cero a 14 años son las enfermedades respiratorias como infección de vías respiratorias superiores, rinofaringitis aguda o resfriado común, neumonía y bronconeumonía.
Escuchar o leer información relacionada con la presencia de frentes fríos en el país ha sido una constante desde hace mucho tiempo y lo que principalmente pueden ocasionar, por el reemplazo inmediato de climas que incluyen cambios de temperatura, de presión y de humedad, entre otros, que fácilmente provocan síntomas variados como dolor y ardor de garganta, tos seca o con flema, dificultad para respirar, fiebre, cansancio, rinorrea o dolor de cabeza.
Por otro lado, es importante que entiendas y tomes en cuenta que las enfermedades respiratorias no solo se transmiten por el aire sino que la gran mayoría son infecciosas, por lo que también pueden trasladarse a través de contacto directo o indirecto, gotas de saliva, tos o estornudos, objetos contaminados y demás, así que para prevenir cualquier padecimiento respiratorio a causa de los cambios en el clima, considera las siguientes recomendaciones y toma tus precauciones para no ser infectado o infectar a alguien más.
Abrígate correctamente
Mantén hábitos de higiene
Lávate las manos con frecuencia, especialmente antes de comer, luego de tocar polvo o limpiar algún objeto, después de utilizar el baño y previo a entrar en contacto con niños. Asegúrate de que sea con agua fiable y de usar jabón, además, si prefieres puedes utilizar antibacteriales o alcohol en gel, pues estos mecanismos matarán cualquier virus o bacteria que pueda causar infecciones respiratorias.
Vacúnate
Aliméntate bien
Es de vital importancia seguir una dieta balanceada y saludable que incluya frutas y verduras ricas en vitaminas A y C, como las carnes blancas, el pescado y la leche, ya que te mantendrán mucho más fuerte anímicamente y con más energía. Asimismo, si llegaras a sentir algún pequeño malestar y ves que el clima cambia radicalmente a frío, procura ingerir comida y bebidas calientes y jugos naturales a temperatura ambiente.
Hidrata tu piel
Los cambios inesperados de temperatura deshidratan la piel y la hacen mucho más sensible e inconsistente. El frío, el viento, el sol y los ambientes demasiado secos pueden ser perjudiciales para la piel, sobre todo para aquellas personas que de por sí son bastante delicadas, pues pueden provocar irritaciones y fisuras, así que hidrátate con cremas adecuadas para tu tipo de piel, usa protector solar aunque no estés en la playa y protégete de los rayos ultravioleta.
Si aplicas ciertas medidas preventivas sencillas como las antes mencionadas, lograrás disminuir los riesgos de contraer las enfermedades asociadas a los cambios de clima y vivir una vida mucho más sana.