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Conducir por la noche representa una serie de riesgos que no se encuentran durante la jornada matutina, pues en la oscuridad no serás capaz de reaccionar ante cualquier peligro como lo harías a la luz del día. Factores que se perciben a través de la vista como la sensación luminosa, agudeza visual y capacidad de reconocer todo lo que esté a tu alrededor pueden verse afectados durante la noche porque la vista y el cerebro se someten a un mayor esfuerzo para poder reaccionar ante cualquier situación.

Por otro lado, conducir de noche concede ventajas como encontrar carreteras, bulevares y avenidas despejadas, lo que además reduce el estrés causado por el tránsito vehicular. Para que tu desplazamiento sea seguro y tranquilo toma en cuenta los siguientes consejos.

Respeta los límites de velocidad

El hecho de que transites en una carretera poco concurrida o un bulevar que se encuentre más despejado de lo habitual no quiere decir que debas ir a más velocidad y te pases los semáforos en amarillo o rojo. Movilizarte en automóvil de forma prudente y responsable evitará que te multen por exceso de velocidad y te salvará de cualquier posible accidente, así que como diría el filósofo griego Diógenes Laercio: más vale tarde que nunca.

Utiliza las luces correctamente

Todas y cada una de las luces que posee un automóvil son importantes y tienen una utilidad específica para cada ocasión. Antes de conducir durante la noche asegúrate de que cada pieza esté funcionando correctamente, de lo contrario evita salidas en la oscuridad para evitar cualquier percance, ya que sin luz probablemente tengas dificultad para ir al volante. Además, si el sistema de iluminación es escaso en las carreteras que frecuentas y si las condiciones de la vía y circulación te lo permiten, emplea las luces altas, pues tu campo de visión será más amplio. Pero no olvides que si viene un carro en la vía contraria, deberás apagarlas para no encandilarlo.

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Mantén los cristales y faros limpios

Según un estudio realizado por RACE y la Fundación Alin Afflelou, el 32% de los conductores con problemas de visión tienen dificultades durante la conducción nocturna derivados de una mayor sensibilidad al deslumbramiento y a la visión borrosa. Si a esto se añade el polvo, el smog y la lluvia —causas principales de suciedad en los cristales y faros de tu automóvil— al momento de conducir, sin duda alguna, aumentará el riesgo de estrechar la visión de tu entorno, así que asegúrate de mantener estas partes del carro en buen estado y siempre limpias. 

Mantén la distancia de seguridad

Sí frente a ti se desplaza un vehículo, procura mantener una distancia adecuada, esto podría salvarte de un accidente, pues si éste frena repentinamente, tendrás tiempo de detenerte y no habrá repercusiones graves, sobre todo en horas de la noche cuando la visibilidad se minimiza.  El Comisariado Europeo del Automóvil recomienda mantener una distancia de tres segundos que es el tiempo que se utiliza para realizar una frenada de emergencia.

Descansa

Las consecuencias de conducir con cansancio y sobre todo de noche pueden ser perjudiciales, pues la probabilidad de accidentarse es más alta, así que antes de emprender un viaje nocturno procura haber descansado lo suficiente. Si en dado caso comienzas a sentir somnolencia o agotamiento, lo mejor será que te detengas por un rato e ingieras agua o algún alimento de tu agrado. Además, el aire acondicionado y escuchar música durante tu trayecto pueden ayudarte a esquivar la fatiga.

No olvides que previo a conducir es importante que tu estado físico y psicológico sea estable, que tu vehículo se encuentre en buen estado y recuerda seguir los consejos antes mencionados para evitar cualquier percance durante la noche.



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