Según la American Psychological Association (APA, por sus siglas en inglés), el estrés es una sensación de agobio, preocupación y agotamiento que puede afectar a personas de cualquier edad, género y circunstancias personales, y puede dar lugar a problemas de salud físicos y psicológicos. Asimismo, por definición de la Real Academia Española, el estrés es la “tensión provocada por situaciones agobiantes y que origina reacciones psicosomáticas”, por lo que en cantidades excesivas puede generar graves consecuencias en el sistema inmunitario, cardiovascular, neuroendocrino y nervioso central, entre otros.

La combinación de estrés y conducir puede resultar perjudicial tanto para el conductor como para sus acompañantes, ya que conducir supone estar en alerta constante, prestar mucha atención a distintas situaciones que puedan presentarse en el camino y se necesita saber controlar los niveles de frustración y desesperación. Uno de los factores imprescindibles para lograr una mejora en la seguridad vial es manejar con bajos niveles de estrés y buscar mantener el autocontrol en todo momento.

La Fundación CEA para la seguridad vial asegura que el estrés causado por conducir tiene 5 orígenes fundamentales: estrés por las condiciones de la vía (altos niveles de tránsito vehicular, mal estado de las vías, falta de señales, etcétera), estrés como hábito de vida (personas que presentan estrés en el trabajo, hogar y relaciones personales), estrés por recién haber aprendido a conducir, estrés por haber sufrido o presenciado un grave accidente de tránsito y estrés por presentar amaxofobia, que es el miedo a conducir. Sin embargo, existen muchas más causas que dependen de cada personalidad y circunstancia de vida, pues el efecto producido en cada persona varía según su conducta.

Consecuencias de conducir bajo estrés

Colisionar

Las exigencias del tránsito, condición de las carreteras y conductores descuidados, aumentan significativamente la tensión y el malestar interior, lo que en cuestión de segundos el estres puede ocasionar que colisiones contra otro vehículo, algún objeto que se situé en las calles o el peor de los casos es que sea con una persona que vaya caminando.

Pasar semáforos en rojo

Conducir con estrés puede hacer que te desconcentres y distraigas con facilidad, lo que fácilmente hará que olvides ver los semáforos, pasarte un alto o perder alguna otra señal, haciendo que puedas ocasionar un aparatoso accidente.

Olvidar la ruta

Aunque en la actualidad es común que muchas personas utilicen aplicaciones de tránsito asistidas por GPS como Waze o Google Maps para movilizarse de un lugar a otro, hay quienes prefieren buscar sus destinos por dirección y tomar calles y avenidas conocidas por precaución, sea cual sea la forma en la que te diriges a distintos lugares, si lo haces con estrés perderás la noción de lo que haces y probablemente olvides la ruta a tomar, incluso si vas con una de estas aplicaciones, porque aunque te diga el lugar y momento en el que debes cruzar, puede que te pases de largo y que pierdas tiempo en tu ruta.

Distintos accidentes

Además de las colisiones antes mencionadas, con estrés podrías tener cualquier tipo de accidente vial, ya sea con otros automóviles, con personas o con objetos en las vías. Mientras conduzcas debes estar totalmente concentrado en tu entorno para poder prever cualquier situación de riesgo, por lo que, si no estás en paz o tienes distracciones en la cabeza, es muy probable que sufras de algún percance.

Indecisión frente a un imprevisto

A la hora de sufrir algún imprevisto deberás buscar soluciones y tomar alguna decisión para resolver el problema lo antes posible. Normalmente, cuando el estrés invade el cuerpo y la mente, la capacidad de decidir se vuelve frágil, ya que la preocupación del momento genera tensión física y psicológica que hace que la mente no sea capaz de enfocarse en lo que está sucediendo.

Conducir un vehículo no solo requiere de habilidad, práctica y concentración, sino también de muchísima paciencia, así que antes de hacerlo, procura estar tranquilo para cuidar tu vida y la del resto de personas que se encuentran en las calles.

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