Es por esto que muchos llegan a aprovechar los descansos largos, como Semana Santa, para visitarlos haciendo uso de sus propios vehículos, tanto por comodidad, como por ahorro.
Si este fue tu caso y decidiste hacer el viaje, aunque tu auto no haya fallado en ninguna parte del recorrido, te recomendamos que de igual manera tomes en cuenta revisar lo siguiente al regreso:
No todas las carreteras del país están en óptimas condiciones y si decidiste ir a alguna reserva natural, es probable que hayas tenido que recorrer algún tramo de terracería. Por esto es necesario que revises si la presión de tus llantas es la óptima y si no hay algún tipo de desgaste o algún abultamiento en las mismas. Además de esto revisa a la hora de manejar si el auto no necesita ser alineado o balanceado de nuevo.
Los pernos de las llantas también pueden sufrir alteración en su presión si fueron expuestos al calor o a movimientos muy bruscos en el camino, por lo que hay que revisar si no necesita un pequeño ajuste.
La función del filtro de aire es evitar que alguna partícula de polvo o tierra llevada por las corrientes de aire que acceden al motor lleguen a obstruirlo y produzca daños internos. Si estuviste conduciendo por carreteras sin asfalto, sin adoquín, o por zonas donde el ambiente tenía mucho polvo o arena, es muy recomendable que revises si es necesario limpiar o cambiar esta pieza.
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Si hiciste servicio menor al auto antes de salir de viaje y cambiaste el aceite, puede que los niveles no estén tan alterados o que necesites más aceite. Sin embargo, si tu auto ya tiene un alto kilometraje recorrido, quizá sea necesario reabastecer uno o dos litros de aceite, en especial si hiciste recorridos que requirieron de mucho esfuerzo por parte del motor.
Si en alguna ocasión del camino te encontraste con mucho tráfico (quizá al querer regresar a la ciudad) puede que los niveles de agua o refrigerante en el motor se hayan gastado y sea necesario echar un poco más para recuperarlos. Esto es muy importante, ya que al regresar al tráfico normal de la ciudad corres el riesgo de que el carro se sobrecaliente y te toque pasar un momento inoportuno.
En este punto, también debes estar atento y revisar si no se ha producido alguna fuga de líquidos en el motor. De ser el caso, hay que llevarlo pronto a revisar, antes que se vuelva un problema mayor.
Dejar por mucho el carro sin lavar, con el polvo o el lodo en la carrocería, puede dañar significativamente la pintura y que después de un tiempo esta se desgaste o pierda brillo. Si fuiste a la playa, la sal de la brisa marina o la arena misma es especialmente corrosiva y es necesario limpiar de manera profesional el auto y luego pulirlo para evitar este tipo de daño.
Otro elemento que puede ser dañino para la pintura son los ácidos que liberan los insectos que chocan contra la carrocería en el camino, así que aunque creas que no estuviste cerca de lugares llenos de polvo, arena o tierra, los insectos están por todos lados y siguen siendo una razón de peso para realizar el lavado.
Se recomienda también que de haber pasado por lugares con mucho polvo o tierra, se haga un lavado del motor en un lugar especializado en este tipo de trabajo.
Revisa el kilometraje de tu auto. En especial si tu recorrido fue lejano. Puede que estés acostumbrado a los recorridos cortos de la ciudad, pero estos largos pueden llevarte más rápido al kilometraje necesario para llevar el auto a su servicio.
Recuerda que un automóvil con todos sus servicios al día puede tener una vida útil más larga, o puede conservarse en mejores condiciones para ofrecerlo a un mejor precio en el mercado a la hora de venderlo.
Por último, pero no menos importante, recuerda bajar del baúl del carro las hieleras, casas de campaña, o cualquier elemento que hayas llevado en el viaje, para evitar un peso excesivo en el carro y que así gaste más gasolina.
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